viernes, 15 de abril de 2016

14 de abril: otro manifiesto. Otro punto de vista.

Voy a dejar atrás lo de repetiros qué conlleva la LOMCE o el 3+2 y yo voy a hablaros de vosotros y de la educación. Ayer, preguntando a la gente sobre si asistirían o no a esta concentración me encontré con varios argumentos como: “no tengo tiempo para esas cosas”, “no afecta a mi carrera”, “si al final siempre hacen lo que quieren” … Vosotros, que estáis aquí, cuando escucháis eso, ¿qué pensáis? Os voy a decir lo que pienso yo: tonterías, siendo muy suave. La educación no es sólo nuestra, de los que estamos ahora, aquí, en este mundo. Lo que va a quedar irá para nuestros hijos y sucesores. Pero creo que, aunque éste sea un motivo lo suficientemente importante como para pelear por tus derechos, va más allá. Se trata de elegir lo que quieres, pensar en lo que quieres y hacer lo que quieres. Vivimos unos días en los que pararse a reflexionar sobre algo que nos concierne o no, es de “pseudo-filósofos”, porque nos dan todo hecho y nos gusta eso, es mucho más cómodo. ¿Eso es lo que queremos?
Lo primero que tenemos que pensar qué tipo de educación nos gustaría tener y, creo, todos estamos de acuerdo en que fomentar el concepto de inteligencia vigente hoy en día, no es lo que queremos. Este concepto es aquel que mide tu capacidad de memorizar y ser el más competente y mejor en todo tipo de calificaciones. ERROR. Ya establecía Howard Gardner, un profesor de la universidad de Harvard, que había 8 tipos de inteligencias y hasta se está explorando la posibilidad de que haya una novena. 8 tipos, ¡guau! Inteligencia musical, inteligencia interpersonal, inteligencia espacial, inteligencia lógico-matemática, etc. ¿Por qué se obvia eso? ¿Dónde quieren llegar al no estimular todos esos tipos de inteligencia? Creo que hay una realidad latente que cada día deja de serlo, o esa es mi esperanza, y es que no elegimos para nada lo que queremos y tampoco nos importa, que es lo triste. Con enfocarnos en lo que quieren de nosotros, al final acabamos vacíos, cansados y sin saber quiénes somos, y eso no es educación. Educación es oportunidad, aprendizaje, elección, error, libertad… Si alguien ha visto Braveheart, sabe que ese tipo de locuras y de lucha por tus derechos, pueden tener un final feliz. Es pura y simple historia.

Para acabar, voy a mencionar una cita que vi hace un tiempo y me gustó mucho. Dice así: “creeré en la humanidad el día que el rincón de pensar deje de considerarse un castigo”.  La educación es algo más que un suplicio por el que pasar con pesadez y arrastrar por nuestros días. No dejéis que nos quiten su significado. Gracias y, ¡a ser felices!

                                                                                                      -C. Macías (14/4/16 - Albacete)

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