sábado, 13 de junio de 2015

¿Qué sabréis tú y el tiempo?

¿Qué sabrás tú de dejar ir libre a alguien si no comprendes lo que es caminar a su lado? ¿Qué sabrás tú de un sentimiento que malamente has profesado? ¿Qué pretendes? ¿Contarle al amor qué es mirar a alguien con una sonrisa en la cara y los ojos brillantes? No pretendas contar a la ilusión qué es esperar minutos enteros sin enfadarte. No quieras contarle a la comprensión qué es llevar a tu pareja a que se le pase la cantidad de alcohol en sangre después de una noche de borrachera. No intentes contarle al cariño qué es un beso en la frente de la persona que quieres. No busques decirle a la honestidad qué es ser totalmente transparente en el peor de tus actos. Procura no decirle a la fidelidad qué es tener una única y especial persona contigo. No desees hablarle al respeto sobre lo que es interponer a la persona que quieres antes que tus intenciones egoistas.No intentes hablar de algo que no sabes ni haz sabido hacer, porque eso te coloca en la lista de ignorantes que tanto odias. 


"Los recuerdos, si queman, es en frío. El mismo frío que algún día terminará por apagarlos. Qué paradoja." 
                                                            
Quisiera creer que el tiempo hará que el sol haga que las nubes, que tapan algo tan puro, desaparezcan totalmente, pero, ¿qué sabréis el tiempo y tú? Si habéis ido vagando a ciegas sin saber qué buscábais. 
Los valores en esta sociedad parecen lastres, cada día lo son más, y cada día queda más gente que hace que esos valores se queden en una cuneta sin ser recogidos por nadie. Y eso es una pena. Es una pena que no sepáis valorar aquello que tenéis y que sabéis que no vais a encontrar en otro lugar. ¡Bendita sociedad con taras! Ahora entiendo cuando nuestros antecesores se casaban con su primer novio/a; sabían lo debastadora que llegaba a ser una ruptura y tenían en mente la consecuencia de ello y el valorar algo con la cuantía que se merece. Entonces, por favor, no hables de añoranza a esos tiempos, si estás perfectamente acomodado a la actitud descarada de estos. No le hables a la verdad, siendo hipocresía y enredo. Lo que sí habla ahora es el enfado, pudiendo hablar la tristeza de aquellos tiempos en los que el sentimiento rebosaba y los días pasaban con una felicidad del que está en las nubes, con la confianza del que va ciego cogido de la mano del otro, con la complicidad de aquellos que están enamorados y sólo ellos saben de que hablan. La melancolía también quería contar aquellos detalles preciosos que recibía, aquellos abrazos en su momento justo y aquellos tan inesperados, aquellos besos que nunca estaban de más, aquellas palabras de aliento junto a un te quiero que salían cuando más falta hacían, aquellas tardes, noches, días gastados haciendo nada y todo a la vez, aquellas veces en las que no había terminado un día y ya estábamos deseando que empezase el otro para vernos otra vez. Pudiendo hablar todos estos sentimientos, que siempre van a acabar en lágrimas, habla el enfado y la frialdad. Ellos tienen más que decir, más que expresar, más de lo que darse cuenta. Así que, no intentes hablar tú y contarle a todos ellos aquello que contabas y crees que entendías. 
No intentes nada, porque no procede. 

Al menos ya no. 


                                                                                                                          -K

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