miércoles, 28 de agosto de 2013

Eh, que te pierdas.

'Believe me'. Créeme. Suena sencillo, ¿verdad? Pero ahora miremos con un poco de racionalidad: ¿Cómo narices dar nuestra confianza a alguien que ni si quiera sabe el significado de esa maldita palabra? Parece algo tan sencillo el ofrecerla, algo tan fundamental el entregarla sin compromisos , sin que la persona que la reciba, te dé de vuelta algún tipo de garantía... y una vez que la ofreces es como si no hubiese marcha atrás. Cuando sabes que no le pertenece a cualquiera y tú la das sin más, estás perdido. Eres algo así como un ser vulnerable, blanco fácil del cabrón que decide desechar algo tan preciado, y que no contento con eso la utiliza cual marioneta, a su antojo; eres algo así como la idiota que le hace reír  En tiempos en los que los juglares se extinguieron, todavía quedamos idiotas que ejercemos de ello para descerebrados sin corazón ni sentimientos. Un proverbio árabe dice: "si me engañas una vez es tu culpa. Si me engañas dos veces, es culpa mía".Estás en ese intenso abismo en el que ves dudas tan o más grandes que las certezas que te rodean. Y de repente, sin avisar, algo tan cierto te asalta a la cara, no quieres aceptarlo, y como por arte de magia esa confianza se desvanece como el vapor, dejando a su paso huellas llamadas 'dolor'. "Soy fuerte, no me afecta" te dices a ti mismo, pero, ¿para qué engañarnos? Estás realmente jodida. Maldices la hora en la que diste algo tan auténtico a alguien tan artificial, y no sólo una vez, sino que se la has ofrecido todas las veces en las que con sus falsas palabras y sus vacíos "te quiero" han disipado las dudas que te corroían. Eso te duele como si destrozasen el trabajo de toda una eternidad del que estabas realmente orgullosa. En cuestión de minutos tu opinión cambia, te sientes como si realmente nunca pudieses levantar y poder decir a nadie, sin ningún tipo de miedo: "joder, que sí, que confío en ti con todas mis fuerzas" , y te preguntas: "¿qué narices hago mal?" Pero párate un momento. Escucha a tu alrededor. Tienes a gente apoyándote, gente que siempre aprecia ese valor tan esencial y que poseen el manual del correcto uso de dicho valor, gente que te recuerda que debes saber a quien ofrecerle tu fidelidad y está contigo enseñándote que lo que realmente vale la pena es alguien que te demuestre que te necesita con él/ella. Muchas veces gracias a ellos reirás, llorarás, pero al final siempre sabes que por ellos sí que merece la pena derrochar eso que llamamos CONFIANZA. Gracias.                                                                                                                          
-K

2 comentarios:

  1. La confianza solo se puede perder una vez...si te pasa ya nunca la volverás a recuperar con la misma intensidad.

    Un saludo

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    1. No con la misma intensidad, pero sí se puede recuperar en su mayoría... y menos mal.
      Un saludo

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