Sí, estoy bien. Una de estas confesiones sin pregunta antes. Para que te enteres, para que os enteréis, hoy os intento contar que todo va bien (aunque no te lo creas, como diría La quinta Estación).
Ella agarra fuerte, estira y cada vez le cuesta más recuperar el pasado. Éste mismo, a su vez, se siente vacío y sólo. Ayer me dijo que si me acompañaba en la soledad de mi noche. Lo rechacé de la manera más descarada en que he rechazado nunca.
Ella agarra las sábanas con sus uñas rojo pasión, como la que corría por la habitación sin echar la vista atrás.
Agarra su pecho como si se lo fuesen a arrancar de cuajo, alegando que no vende ningún alma a ningún diablo y menos a un diablo viejo.
Ella agarra el culo, la copa y desliza sus dedos hacia abajo disfrutando del vaho que deja el hielo; pensando en quién sabe qué, maldiciendo a quién sabe quién.
Agarra una carcajada y la hace suya por un instante o para un tiempo largo. Defiende cualquier suelte de aire con los mofletes elevados y los ojos achinados. Al carajo, con puerta abierta y mayordomo que despida a quien intente discutirle eso que defiende, sus propios postulados.
Agarra sus principios como el que se aferra a una barra de una atracción peligrosa; para no caerse, para mantenerte estable. Escucha relatos de jueves noche o sábado de "tranquis" en cada esquina, cogiendo aquello que pueda hacerla despertar, cambiar, renovar, pelear... Como el 'eat, sleep, rave, repeat' pero pensando más un sueño común con una ética extraordinaria que en una borrachera colectiva, también extraordinaria.
Agarra esa respiración, que es sólo suya, y la suelta en cada charca que encuentra para que sea libre, sin tapujos ni cárceles. Agarra sus palabras, o se las agarran y oprimen, como aquel que tiene que pedir turno para hablar y temer ser mandado al rincón de pensar por las barbaridades, que a los ojos de ellos, acaba de soltar. El rincón de pensar, donde siempre te encontraba... tan elegante, sonriendo.
Agarra cada sorbo de libertad de expresión que le queda, por aquello de que se quiere lo que no se tiene o lo que se echa un poco de menos.
Agarra su vida y la hace suya.
Le pone nombre (para así cogerle más cariño), le da de comer, la hace sentir viva... En fin. Que sí, que estoy bien. Aunque no se lo crean.
jueves, 27 de agosto de 2015
sábado, 22 de agosto de 2015
Sonrisas al verme.
Echaba de menos llorar tanto que notes que se te va clavando algo poco a poco, con cada sollozo... Hasta hoy. Echaba de menos un motivo de peso para sentir dolor y derrumbarme por la humedad que baja lentamente... Hasta hoy.
¡Sólo un motivo para llorar y miles que nos faltan para sonreír!
¡Valientes inconformistas!
¡Valientes cobardes!
Sí, vosotros ríos de agua salada que corren y corren, y a la vez renuevan sus aguas siempre, que nunca son los mismos. Unas veces más cristalinos, otros más sucios, otros más llenos de peces...
Odio los ríos. No me gusta correr demasiado para coger una simple hoja que corra con ese agua. Sin embargo, los lagos son bonitos: estables, no tan inmensos como el mar, pero siempre ahí parados con su encanto.
¿Por qué hablamos de naturaleza? Es más fácil hacer una analogía de algo puro con algo puro. ¿Por qué tanta metáfora? La suerte de tu día a día no es tan explícita como queremos que parezca. Las cosas implícitas no son tan complejas, nosotros no somos tan simples, y eso es lo que más me gusta. Simpleza de corazón, complejidad de alma, en esta caja negra de susurros y secretos. La injusticia de lo injusto que unas veces importa y otras no, unas veces frustra y otras no...
¿A quién quiero engañar? Lo injusto nunca pasa desapercibido. Muchas veces, errónemente, acaba siendo ese caso cerrado y abandonado a la suerte de sus días.
Y yo, para abandonarme cuando él también ha sido abandonado a su suerte, siempre prefiero un lago, mi lago. Y él a mí, lo noto. Por aquellas cuatro o cinco sonrisas que le salen siempre a sus aguas al verme, esas sonrisas que dicen: al final, siempre sabremos qué hacer, siempre encontraremos la manera de sacar la cabeza del agua.
- K
¡Sólo un motivo para llorar y miles que nos faltan para sonreír!
¡Valientes inconformistas!
¡Valientes cobardes!
Sí, vosotros ríos de agua salada que corren y corren, y a la vez renuevan sus aguas siempre, que nunca son los mismos. Unas veces más cristalinos, otros más sucios, otros más llenos de peces...
Odio los ríos. No me gusta correr demasiado para coger una simple hoja que corra con ese agua. Sin embargo, los lagos son bonitos: estables, no tan inmensos como el mar, pero siempre ahí parados con su encanto.
¿Por qué hablamos de naturaleza? Es más fácil hacer una analogía de algo puro con algo puro. ¿Por qué tanta metáfora? La suerte de tu día a día no es tan explícita como queremos que parezca. Las cosas implícitas no son tan complejas, nosotros no somos tan simples, y eso es lo que más me gusta. Simpleza de corazón, complejidad de alma, en esta caja negra de susurros y secretos. La injusticia de lo injusto que unas veces importa y otras no, unas veces frustra y otras no...
¿A quién quiero engañar? Lo injusto nunca pasa desapercibido. Muchas veces, errónemente, acaba siendo ese caso cerrado y abandonado a la suerte de sus días.
Y yo, para abandonarme cuando él también ha sido abandonado a su suerte, siempre prefiero un lago, mi lago. Y él a mí, lo noto. Por aquellas cuatro o cinco sonrisas que le salen siempre a sus aguas al verme, esas sonrisas que dicen: al final, siempre sabremos qué hacer, siempre encontraremos la manera de sacar la cabeza del agua.
- K
domingo, 9 de agosto de 2015
Quizás, quizás, quizás.
Quizás haya perdido las ganas de escribir,
la inspiración para crear,
las palabras para que me entiendan,
la musa que adorar...
Quizás te haya perdido.
Quizás lo único que tema es volver a utilizar ese arma letal
para volver a romperme en pedazos,
en golpes de muñeca al escribir,
en tecleos a un ordenador...
Tantas cosas en las que pensar,
tanta injusticia hecha noticia,
tanta falta de humanidad hecha persona,
tanta contaminación hecha planeta...
Y yo aquí,
sin saber qué escribir.
Quizás todo lo que nos concierne
se resume en falta de humanidad y consciencia,
pero aunque me gusten las ideas generales,
hay una base de componentes pequeños detrás.
La ciudad está ahí,
mirándonos con decepción y angustia,
pero en el brillo de sus ojos
se puede ver cierta esperanza.
-Ella piensa que no estamos tan perdidos;
no lo estamos...-
Quizás a veces tenga que tapárselos
y no fallar a su pretensión de mantener esa esperanza viva.
Quizás la noche sólo es eso:
un cierre de ojos momentaneo
que cubre de oscuridad las pequeñas realidades.
Quizás esto se vaya a la mierda,
quizás nos estemos cargando lo que tenemos,
como aquel que cuida sus cosas
con la cautela de un salto a la piscina,
de golpe,
dando planchazo.
Quizás estamos demasiado ocupados con otras distracciones,
quizás yo no tenga muy claro nada de lo que pienso y siento en este momento,
quizás no tenga tanta inspiración ni escriba tan profundo y bien como creía,
quizás expreso cosas que importan bastante poco...
Pero tranquilos,
sólo hablo de posibilidades.
Sólo hablo de unos cuantos 'quizás'.
la inspiración para crear,
las palabras para que me entiendan,
la musa que adorar...
Quizás te haya perdido.
Quizás lo único que tema es volver a utilizar ese arma letal
para volver a romperme en pedazos,
en golpes de muñeca al escribir,
en tecleos a un ordenador...
Tantas cosas en las que pensar,
tanta injusticia hecha noticia,
tanta falta de humanidad hecha persona,
tanta contaminación hecha planeta...
Y yo aquí,
sin saber qué escribir.
Quizás todo lo que nos concierne
se resume en falta de humanidad y consciencia,
pero aunque me gusten las ideas generales,
hay una base de componentes pequeños detrás.
La ciudad está ahí,
mirándonos con decepción y angustia,
pero en el brillo de sus ojos
se puede ver cierta esperanza.
-Ella piensa que no estamos tan perdidos;
no lo estamos...-
Quizás a veces tenga que tapárselos
y no fallar a su pretensión de mantener esa esperanza viva.
Quizás la noche sólo es eso:
un cierre de ojos momentaneo
que cubre de oscuridad las pequeñas realidades.
Quizás esto se vaya a la mierda,
quizás nos estemos cargando lo que tenemos,
como aquel que cuida sus cosas
con la cautela de un salto a la piscina,
de golpe,
dando planchazo.
Quizás estamos demasiado ocupados con otras distracciones,
quizás yo no tenga muy claro nada de lo que pienso y siento en este momento,
quizás no tenga tanta inspiración ni escriba tan profundo y bien como creía,
quizás expreso cosas que importan bastante poco...
Pero tranquilos,
sólo hablo de posibilidades.
Sólo hablo de unos cuantos 'quizás'.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)


