sábado, 15 de noviembre de 2014

Algo.

"No lo puedes ver, pero sabes que está ahí,
lo sientes. Lo sientes cerca de ti."
Algo inusual. Algo incomprensible. Algo sublime. Algo increíblemente genial. Algo... algo único. Es lo que contestaría alguien que tiene “un algo” rondando siempre por la cabeza. Ese algo te vuelve loco, tanto como para bien como para mal. Tiene la capacidad de hacerte sentir como si levitases; tus pies están en el suelo, sí, pero tu cabeza está lejos, pensando qué te pasa, por qué es tan genial todo. Ese algo además tiene la capacidad de envolverte con sus enormes brazos y hacerte sentir protegido, con ganas de enfrentarte a un batallón entero de soldados, tú sólo. Ese algo tiene la capacidad de besarte el alma y lo que no es el alma, y que se te estremezca hasta el cerebro. Cuando estás al lado de éste, ¿no te parece como si estuvieseis en una burbuja impenetrable? Una de esas donde no pasa el frío, el aire, el murmullo de la gente... donde sólo está tu aliento, el suyo y un par de latidos desfasados. Cuando ese algo está lejos... ¿cómo es posible que algo, estando lejos de ti, te atrape tanto? Debe ser algún tipo de fuerza química o aún mejor, alguna fuerza metafísica que te arrastra como sin querer. Piensas: 'qué bien me siento, joder', 'qué genial tener algo así', 'voy a respirar un poco más de este aire'... ¿Y si hablamos del recuerdo de ese algo? ¿De las cosas que no se pueden contar? Bah, mejor no decir nada, porque nadie lo entendería. Esas cosas incomprensibles para el resto, que te envuelven en un algo, que lo mantienen cerca de ti. Pero no un algo cualquiera, no. Un algo con nombre y apellidos.

                                                                                                                    -K

jueves, 7 de agosto de 2014

Trouver ou perdre?

Sentirse fuera de lugar. No sé exactamente cómo definir este concepto. Porque, para cada uno creer que no está en el sitio que pertenece, simboliza una cosa. Depende de la gente que te acompañe, de las experiencias que te sigan detrás (o te hayan seguido y ahora hagan mella las muy putas), del lugar donde te encuentres... Bueno, hablemos de mí. Sí, ya toca hablar de mí. Esa es una de las cosas en las que me siento fuera de lugar, como si no estuviese en el lugar de aquellos que sí tienen un lugar en mí. Piensas 'bah, deja de guardarles un hueco en tus preocupaciones diarias' , pero no, no te sale. 'Que si no eres malo, te comen' , dicen, y a mí personalmente no me gusta esta frase. Ojalá me gustase y pudiese interiorizarla, pero no está en mi ser, lo siento.
Otra forma de sentirme fuera de lugar es no estar nunca contenta con lo que tengo. Pero, ¿las cosas que tienes son buenas? Y algunos dirán que todo eso es subjetivo, que si sabes darle el valor que les pertenece, blablabla. TONTERÍAS. Puedes tener muchas cosas, pero, ¿cuántas de ellas te causan más alegrías que malos ratos? Y cuando te estás empapando de esas cosas, ¿cuántas veces te sientes plena? Eso es sentirse fuera de lugar. Como si no encajases allá donde vas, como si todo lo que te faltase en un lado, lo encuentras en otro en el que también te faltan muchas otras cosas. Nunca llueve a gusto de todos, decía Melendi. Pero siento que nunca llueve a mi gusto y no sé si es pesimismo ya adaptado a mi ser o que realmente es así, pero en verdad, siempre me falta algo. Tengo muchas cosas buenas, eso sí que es verdad. Y tengo que aprender a apreciar más esas cosas, eso es otra gran verdad. Pero ahora no puedo. Y permitídmelo, no puedo (o no quiero).

Cansada. Estoy profundamente cansada. Necesito encontrarme y dejar de pensar que los tiempos seguirán siendo así, todo rutina, mala rutina que se repite una y otra vez sin dejarme escapar, y para ello... para ello necesito perderme.
                     

                                                                                                                                            -K.

viernes, 27 de junio de 2014

Las despedidas aterran.

¿No os pasa que a veces soportamos miles de sobradas delante de todo el mundo por parte de alguien, miles de malas miradas, miles de desplantes, miles de pullas, de celos, de no hablaros, la no simpatía momentánea (o duradera)... soportar todo eso, pero no que se ese alguien se vaya lejos y que ni siquiera podáis tener vuestro adiós merecido? Tenemos la extraña manía de, a veces ,preferir estar mal acompañados a que te quiten a ese alguien de tu lado y no verle más.

                                                                                                                       
     -K

viernes, 14 de marzo de 2014

Mi extraña psicofilosofía.


Debo decir, sin ningún reparo, que me encanta lo que hago. Desde que empecé con esto, me asaltan infinitas dudas sobre la sociedad, sobre uno mismo, sobre nuestro comportamiento... Son muchos los días en los que de un sólo tema tengo tantas y tan desmenuzadas opiniones que me parece escueto y mediocre expresarlo en 140 caracteres. Podría contaros algo sobre esos millones de temas que tengo en mente día a día, pero ahora mismo sólo me viene a la cabeza uno: psicología.
Creo que la mayoría de la gente está algo equivocada sobre el significado de este término. Y sí, puede que sea una simple neurosis que tenemos todos los "pequeños psicólogos" por categorizar eso tan amplio y complejo que nos representa. Psicología pues, amigos míos, es para mí algo difícil de clasificar. La mayoría de vosotros la consideraría como un oficio "para curar locos", otros lo llamáis de esa forma tan divertida... ¿cómo era? ¡Ah, sí! ¡"Come cabezas"!
Pero después de todo esto y de mi poca experiencia, yo sólo me quedo con una cosa: psicología es una forma de vida. Después de abrir unos cuantos libros, de echar muchas horas con los codos encima de la mesa y después de ver a muchos personajes singulares que marcan un antes y un después en diversos ámbitos, te das cuenta de que tu ignorancia era tal que es como si nacieses de nuevo. Por medio de tus pocos conocimientos empiezas a ver qué te pasa, qué es aquello que sientes, cómo afectan tus acciones a los demás, empiezas a analizar tu situación y la de la gente que te rodea... Aprendes que vivir es fluir. Si no fluyes, llegas a un estancamiento de tal magnitud, que no sabrás cómo salir de ahí. Pero dejadme deciros que las pautas sólo las tenéis vosotros. Si hay algo que estoy aprendiendo en este tiempo es que las preocupaciones tontas se deben sacar afuera, desmenuzarlas y quemarlas mientras que ves el humo de alivio fluir hasta que desaparece. Y es que todo fluye en la medida en que tú se lo permitas; todo fluye en la medida en la que tú sepas pisar fuerte, aunque después debas arreglar aquello que pises, porque es mi obligación deciros que vivimos imperfecta y estúpidamente muchas veces, pero al fin y al cabo vivimos y es a eso a lo que debemos dedicar todos nuestros "ha merecido la pena".
-K.